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Video jockeys traductores en Uganda
Entrevista con Prince Nakibinge Joe, presidente de la Union of Videojockeys/Translators association (UVJA) y uno de los VJ más populares de Uganda.

Por Dídac P. Lagarriga, febrero 2007

Nakibinge Joe


En Uganda el VJ traductor es aquella persona (básicamente hombres, aunque cada vez hay más mujeres) que se dedican a traducir películas al lugandés, la lengua que más se habla en Kampala y sus alrededores.


¿Qué significa ser un VJ en Uganda?

El VJ es como un DJ. Mientras que el DJ mezcla música en la discoteca, y va poniendo temas para que te muevas hasta la madrugada, el VJ hace algo parecido. Añade algunos chistes en la película, a la vez la traduce, actúa... Los VJ son los subtítulos para la comunidad, que en su mayoría es analfabeta. Sin nosotros no la podrían entender, así que somos muy necesarios. Vivimos en las mismas áreas que la gente, pero hemos podido estudiar, así que nos dedicamos a traducir las películas hablando encima de ellas. Alguna gente entre el público nos mira más a nosotros que al video, ya que ven a alguien hablando y gesticulando durante 90 minutos (o más) sin parar... Les encanta.

¿Cuándo se empezó con esta práctica?

Empezó hace tiempo, a mediados de los ochenta. En aquel tiempo dejé mi pueblo para venir a Kampala. No había muchas salas de video ni nada de eso... Sobre 1987 abrió una sala de unos 300 metros donde íbamos a ver películas. Se pagaba algo en la entrada y podías estar allí, aunque no te dejaban entrar si no ibas con tus padres. En 1988 apareció un chico, que se llamaba Lingo, que empezó el trabajo de video jockey. No sé de dónde había sacado la idea. Se movía arriba y abajo de la sala, sin sentarse ni un momento; hablaba sobre la película, describiendo algunas escenas. Como no entendía el inglés muy bien, se limitaba a narrar la historia, tipo: "este chico entra, compra un caramelo, después sube al coche...", o te anunciaba que alguien moriría antes de que ocurriera. No era muy profesional, pero a la gente le gustaba. Como no tenía el equipo necesario para subir y bajar el volumen de la película, hablaba encima del sonido original.
Dos años después alguna gente decidió meterse en este trabajo y profesionalizarlo, porque vieron que había una demanda que iba en aumento. Así que empezaron a hacer un buen trabajo, con equipo, micros y mesas de sonido para poder quitar y poner el sonido original. A mucha gente le gustó... En 1991 yo tenía dieciséis años y estaba siempre con un amigo que también era VJ, pero que tenía problemas con el inglés. Muchas de las películas son en inglés o con subtítulos ingleses. En aquel tiempo estaba en secundaria, pero mis padres no tenían suficiente dinero para pagarme los estudios. Así que la mayoría del tiempo lo pasaba con mi amigo. Como antes de hacerlo en directo debes trabajártelo y mirar la película varias veces, yo le ayudaba: "esto significa tal, esto cual...". Era su asistente hasta que en una ocasión él no podía hacerlo y no había nadie más para traducir. Así que lo hice y a la gente le gustó. Al día siguiente fui a buscar trabajo y un propietario de una de las salas decidió contratarme. Estuve allí un año, hasta que cambié a otra sala donde me pagaban más y tenían un equipo mejor. Trabajé en este otro sitio durante dos años.
Antes la gente no nos tomaba en serio, creían que éramos chicos que no hacíamos nada... Con el tiempo ha ido cambiando, y a mediados de los noventa ya había mucha gente que venía y apreciaba nuestro trabajo. Las salas de video fueron apareciendo día tras día. El gobierno intentó prohibirlas por razones de seguridad y todo eso, y diciendo que muchos de los que acaban en las salas eran desempleados que no tenían nada más que hacer, y que si no se pasaran el día viendo películas podrían hacer algo de provecho...
Para mi no fue fácil, ya que tenía que pagar la escuela y también la de mis hermanas. Quería continuar con mis estudios, porque a veces tienes que traducir películas de ciencia ficción, y debes conocer algo de física y química para poder explicar bien las cosas, o si es un drama quizá debas hablar de leyes, y de cómo funciona un tribunal... Así que quería seguir estudiando. Era un buen futbolista, y gracias a eso decidieron becarme y sólo tenía que pagar la mitad, y así fue como continué con mis estudios. Acabé justo antes de entrar en la universidad y seguí con mi trabajo de VJ.


Una sala de video en Kampala

En esa época la profesión empezaba a ser cada vez mayor...

Sí. En 1998 empezamos a doblar películas, con dos aparatos de video, uno para reproducir y el otro para grabar, así que la traducíamos en directo pero quedaba grabado. Hacíamos copias y las poníamos en los videoclubs [que en Kampala llaman video libraries], y la gente las alquilaba. Sólo en Kampala hay unas 500 salas de video. Pero no todas pueden tener a un VJ. No es un trabajo fácil, así que empezamos con los videoclubs. Los que no pueden comprar las películas, las alquilan... También hay competiciones (Vee-Jay Slams) con miles de personas de espectadores y unas decenas de VJ actuando. En Kampala existe el Amakula International Film Festival (www.amakula.com), un encuentro de cultura y talento que nos ayuda mucho en todo esto.

¿Trabajáis sólo con películas de Hollywood?

No, pasamos algunas africanas, aunque pocas, especialmente de Nigeria y Sudáfrica. También traducimos películas europeas como James Bond 007, y muchas asiáticas. A la gente le encantan las películas asiáticas, como las de kung-fu, chinas o japonesas... También hay de Bollywood y latinoamericanas. Disfrutan mucho con las películas latinoamericanas. También tenemos diferentes tipos de traducciones en relación a la audiencia: religiosa, política, de ficción...

¿De dónde sacáis las películas?

Hay videoclubs muy grandes en la ciudad que abrieron gente que vino de India. Pero actualmente hay tantos, tantos, tantos videoclubs, que en casi cada tienda puedes encontrar películas. Gracias a las nuevas tecnologías, se pueden bajar de internet y la duplicación de DVD y VCD es rápida y barata; la gente tiene acceso a ellas y cada vez hay más aparatos en las casas. Muchos VJ están ganando mucho dinero. Tienen sus propios estudios donde graban las traducciones, o abren sus propias salas de video. Se puede ganar mucho dinero.

¿Tenéis problemas legales con los derechos de autor?

Sí, en el 2002 hubo la necesidad de organizarnos mediante asociaciones, ya que el gobierno nos presionaba. Todavía ahora no es un trabajo legal y no tenemos ningún tipo de permiso, y las compañías de distribución están muy encima, ya que deberíamos pagar unos derechos para proyectar películas. Así que hemos creado diferentes organizaciones de apoyo, como la Union of film operators and owners association, o la United video operators and owners association... En el año 2005 creamos la Union of Videojockeys/Translators association (UVJA), que presido. Somos unos cien miembros, y entre otras cosas formamos a jóvenes para que se conviertan en VJ o mejoren sus habilidades, por ejemplo en cómo deben traducir palabras inglesas muy fuertes como "motherfucker" o cosas así. Recomendamos también que no comenten las acciones como si fueran locutores de fútbol. Algunos VJ se especializan en películas de terror, otros en dramas, o de kung-fu...
También intentamos expandir el mercado de nuestros productos a los países vecinos, como Kenya. El desarrollo del VJ crece al vender muchas de las películas traducidas en sitios diferentes, como Kigali (Ruanda), Lwanda, las fronteras de Kenya, donde la gente entiende luganda, o las fronteras con el Congo y Tanzania. También queremos dar clases de suahili, árabe, francés... para fortalecer y promover la industria cinematográfica y ampliar el mercado en África Central y del Este.

¿Conoces más VJ en otros países?

No. Sólo sé de dos en Etiopía y uno en Sudán... ¡Y trescientos en Uganda!

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oozebap . 2007 . sumario