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Autogestión y trabajo sexual en Mali:
la asociación Danaya So
Por Dídac P. Lagarriga
Entre
tanto día internacional, el 17 de diciembre es el de la no-violencia
a las trabajadoras del sexo. Sirva este día, como cualquier otro,
para hablar de la asociación de Mali Danaya So (www.danayaso.org),
que significa "Hogar de confianza".
El dinero fácil resulta complicado, y en las últimas décadas
de aplicación de planes de "desarrollo" en el África
del oeste, Mali ha visto aumentar la tasa de desempleo, marginación
e individualismo, corroyendo o al menos tambaleando el vínculo
social. En este sentido, la prostitución aparece como reflejo
de una sociedad cada vez más urbana, donde los lazos sirven para
atar otros aspectos inesperados, improvisando e innovando los modos
para afrontar la cotidianidad. En algunos casos, las chicas jóvenes
encuentran independencia económica a cambio de prestar servicios
sexuales, un ejemplo entre la variedad de razones por los que prostituirse.
Las trabajadoras del sexo, un apelativo entre otros (las malienses de
Danaya So hablan de "mujeres libres"), tienen en su diversidad
algo en común: su indefensión jurídica, social
y sanitaria.
Esta realidad se enfrenta, además, con el pudor y el tabú.
Desde hace varios años, sin embargo, un grupo de mujeres que
habían trabajado en la prostitución decidieron dar un
ejemplo de cómo resolver, o suavizar, algunas de las dificultades
con las que se encuentran diariamente las trabajadoras del sexo en Mali.
En 1994 fundaron Danaya So lejos de la retórica oenegista exterior:
"Las mujeres asociadas reciben ayuda concreta en los ámbitos
de la salud, la alfabetización, las iniciativas económicas
y la protección jurídica. El abandono del trabajo sexual
no es el objetivo de la iniciativa, aunque a las mujeres que desean
abandonar se les procura otra actividad comercial". La organización
se ha extendido de la capital a otras ciudades del país, y en
la actualidad cuenta con unas dos mil mujeres inscritas. Para complementar
la asistencia, han creado también Lakana So (www.lakanaso.org),
una asociación que se ocupa de los niños de estas mujeres
facilitando su escolarización, la formación profesional,
el seguimiento médico y también la reconciliación
con sus padres. Este último aspecto incide en esos hombres que
acuden regularmente a los servicios de una misma mujer, pero que no
tienen ninguna intención de reconocer al hijo cuando ella se
queda embarazada. El servicio de Lakana So propone una reconciliación
que favorezca el estatus del niño, especialmente en una sociedad
donde no tener un padre reconocido provoca la marginación directa.
Entre los objetivos de Danaya So, encontramos: la integración
en la sociedad de las trabajadoras del sexo; la mejora de su imagen
laboral; que sean atendidas convenientemente en los centros sanitarios;
la concienciación de los riesgos relacionados con este oficio;
la autogestión de su futuro mediante la organización,
tanto sanitaria como económicamente; reestablecer su autoestima;
poder practicar la religión como el resto de musulmanas.
Representación
teatral en Bamako
Para lograrlo, Danaya So funciona de modo asambleario, con dos reuniones
nacionales al año. La acción participativa es fundamental,
así como el voluntariado y la colaboración con centros
sanitarios y educativos. Entre sus herramientas pedagógicas encontramos
las obras teatrales. Este medio, muy popular en Mali, sirve para plantear
algunos temas difíciles mediante un formato distendido, incluso
humorístico. "Nuestro teatro -afirma una de las actrices-
llega a la gente que no podría sensibilizarse de otra manera,
pues la mayoría no sabe leer. El hecho de que nosotras mismas
seamos analfabetas nos da credibilidad, pues te comunicas mejor con
tus semejantes. Si utilizamos el teatro cómico es más
fácil que el público nos escuche y que quiera participar
en los debates". Una de las primeras representaciones hablaba de
su propia experiencia con la prostitución y el sida, y fue interpretada
en muchos espacios abiertos y cerrados, como por ejemplo en los prostíbulos.
Otra pieza, sobre la mutilación genital femenina, la llevaron
a mercados, plazas y colegios acompañadas por varios médicos
que respondían a las preguntas que generaba la obra. "Al
principio -explica Adama Traoré- las chicas tenían miedo
de actuar en los mercados y en las plazas públicas, ya que es
una pieza que toca profundamente la intimidad de las personas. Pero
se dieron cuenta de que es vital hablar sobre ello, con la esperanza
de que esta práctica disminuya."
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oozebap . 2008 . sumario