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Breve
repaso a la historia literaria de Nigeria Por
Sumaila Isah Umaisha Este artículo es un breve resumen de la historia de la literatura en Nigeria a través del tiempo. Lo escribí para conmemorar la extraordinaria capacidad literaria del país a lo largo de los años. En los inicios... Al principio existía la literatura oral, la base y el origen de la literatura africana. La literatura nigeriana, en concreto, empezó con la tradición oral iniciada por los héroes desconocidos de nuestro pasado literario, como los bardos de la corte, los guerreros, los contadores de historias, los sacerdotes y mucho otros. Los elementos literarios, como el folclore o los proverbios, se originaron por estos "soldados literarios desconocidos". Nigeria debe su buena presencia en la escena literaria internacional a su rica tradición oral. Surgimiento de la literatura escrita en el norte La tradición escrita se introdujo en el norte de Nigeria en el siglo XV por los intelectuales y comerciantes musulmanes. La interacción intelectual y religiosa entre éstos y las comunidades autóctonas permitió la adaptación del hausa al alfabeto árabe, conocido como aljamiado. La llegada de misioneros en la década de 1930 con el alfabeto latino consolidó la escritura y dio paso a la emergencia de muchos poetas y prosistas como Abubakar Imam y Sir Abubakar Tafawa Balewa. Surgimiento de la literatura escrita en el sur Las regiones sureñas de Nigeria deben su legado literario a las actividades misioneras en la zona desde mediados de la década de 1840, que introdujeron la alfabetización. La necesidad de traducir la Biblia para los nuevos conversos requería un número de publicaciones escritas por los misioneros. Entre las más destacadas de estas ediciones, encontramos la Gramática del idioma ibo (1840) a cargo del misionero Rev. J.F. Schon y el Vocabulario del idioma yoruba (1843) de Samuel Ajayi Crowther, un esclavo liberado y el primer obispo africano de la diócesis del Níger. Estas publicaciones no sólo se emplearon para sus objetivos proselitistas, sino que también sirvieron para la consolidación de la escritura autóctona, donde el folclore y todo tipo de estilos de la tradición oral se trasladaron a la poesía, los relatos y las novelas, especialmente en los idiomas igbo y yoruba. La primera literatura en inglés escrita por un nigeriano Antes de que empezara a consolidarse la literatura escrita, un nigeriano se adelantó en la lejana Europa. Olaudah Equiano, un esclavo liberado, se convirtió en uno de los primeros africanos en producir un trabajo literario en inglés. Publicado en 1789 y titulado The Interesting Narrative of the Life of Olaudah Equiano, or Gustava, the African, se trata de una autobiografía donde cuenta cómo fue secuestrado a la edad de doce años de su pueblo, Essaka, próximo a Benín, vendido a un comerciante de esclavos blanco y posteriormente liberado. El libro fue el primeo en mostrar a Europa la realidad del continente y la perversión de la esclavitud. Se convirtió automáticamente en un bestseller, llegando a la novena edición en el año de la muerte del autor, 1797. La primera literatura nigeriana en inglés La
literatura autóctona escrita en inglés empezó realmente
con el pionero y legendario Amos Tutuola en la década de los
cincuenta del siglo XX. Su libro The Palm-Wine Drinkard, (1952),
sirvió como transición a la tradición literario
occidental. Tutola tuvo que abandonar el colegio en primaria debido
a la muerte de su padre, lo que perjudicó su dominio del inglés.
Sin embargo, esta aparente desventaja se convirtió en un valor
añadido cuando la crítica empezó a encontrar autenticidad
en su modo de emplear el inglés hablado por la gente corriente
de su comunidad. La visión literaria de Nigeria a cargo de los escritores británicos Los imperialistas británicos que trabajaron en Nigeria pensaban que conocían extensamente la colonia y realizaron trabajos literarios sobre la zona. Uno de estos escritores fue Arthur Joyce Lunel Carey (1888-1957), que trabajó como administrador y soldado en Nigeria desde 1910 hasta 1920. En sus obras, especialmente la novela Mister Johnson (1939), habla de sus experiencias en el servicio civil británico y plasma sus opiniones sobre África y los africanos. Una visión criticada posteriormente por autores como Chinua Achebe. De hecho, como él mismo admitió, Mister Johnson motivó la aparición de su novela más conocida, Things Fall Apart. En ella, Achebe se propuso corregir los prejuicios que Arthur Joyce Lunel Carey plasmó en su libro.
Chinua
Achebe fotografiado por Don Hamerman A
partir de los años cuarenta, el surgimiento de autores como Chinua
Achebe marcó un antes y un después en la historia literaria
de Nigeria. De esta generación, los escritores más destacados
son: Wole Soyinka, Gabriel Okpara, Christopher Okigbo, John Pepper Clarke
y Cyprian Ekwensi. Generalmente se les conoce como la primera generación
de escritores centrados en los problemas de África, como el colonialismo
y el neocolonialismo, y propagando los valores africanos a nivel internacional.
En términos políticos, M.J.C. Echeruo señala: "En
Achebe y su generación, la agitación política y
las especulaciones filosóficas de los años cuarenta dieron
sus frutos, mucho antes de lograr la independencia dos décadas
más tarde". Un legado de protesta Más
que menguar, todos los demonios contra los que la primera generación
de escritores luchaba se multiplicaron, provocando un malestar y una
miseria generalizada. Por consiguiente, la siguiente generación
no tuvo otra elección que utilizar argumentos igual de críticos.
Entre los autores más destacados encontramos a Festus Iyayi,
Ben Okri, Femi Osofisan, Labo Yari, Odia Ofiemun, Abubakar Gimba, etcétera.
Un ejemplo típico de esta literatura de protesta es la novela
de Festus Iyayi Violence (1979), donde describe la violencia
no sólo como un fenómeno físico, sino como una
circunstancia donde al ser humano se le priva de humanidad. La literatura de la guerra civil El
acontecimiento que se convirtió en la mayor preocupación
de los escritores nigerianos de los años sesenta y setenta, además
de la multiplicación de todos los males sociales, fue la guerra
civil de 1967-1970. Este conflicto, donde perdieron la vida unos 100.000
soldados, afectó a la literatura de muchas maneras. Causó
la muerte de uno de los poetas más conocidos, Christopher Okigbo,
y provocó daños a muchos otros, como a Wole Soyinka, que
fue detenido por criticar las atrocidades cometidas en la guerra.
Zaynab
Alkali Las
mujeres no han quedado al margen de la literatura nigeriana, y han aportado
una importantísima contribución al desarrollo literario
de todos los estilos. Todo empezó con Flora Nwapa, la primera
novelista nigeriana publicada y la primera mujer en África con
un libro editado en Londres. Literatura infantil Escritoras como Christee Ajayi, Remi Adediji, Teresa Meniro y Mabel Segun también han tenido un destacado papel en la promoción de la literatura infantil. Cada una de ellas ha elaborado una decena de libros desde 1973 hasta hoy en día. El antecedente, sin embargo, se remonta a los años sesenta cuando Chinua Achebe y Cyprian Ekwensi escribieron libros para primaria y secundaria. Entre los títulos más famosos destacan Chike and the River (1966), de Achebe; The Passport of Malam Ilia (1960), An African Nights Entertainment (1962), y How the Leopard Got His Claws (1972), de Ekwensi; y Eze Goes to School (1963) de Onuora Nzekwu. La serie "Pacesetter" Entre
finales de los setenta e inicios de los ochenta, los jóvenes
autores tuvieron la oportunidad de publicar sus escritos en la editorial
Macmillan Publishing Company. En esta colección, llamada "Pacesetters",
cientos de jóvenes de todo el continente africano fueron publicados,
entre los cuales los nigerianos, que formaban el grueso del contingente.
Entre los afortunados encontramos a Mohammed Sule, autor de The Undesirable
Element (1977) y The Delinquent (1979); Helen Obviagele,
con Evbu My Love (1980); y Dickson Ighrini que publicó
Death is a Woman (1981) y Bloodbath at Lobster Close (1980).
Entre
las décadas de los cuarenta y sesenta, surgió un estilo
literario vibrante alrededor del nervio comercial del este de Nigeria,
Onitsha. Conocida como "Onitsha Market Literature", la principal
característica de este movimiento fue que la mayoría de
los escritores eran amateurs y con una educación humilde. El mercado literario de Kano Posteriormente,
la historia del fenómeno literario de Onitsha se repitió
en el norte. Conocido como el estilo de Kano y escrito en el idioma
hausa, empezó en la década de los ochenta. Desde entonces,
se han publicado más de 700 novelas. Escritores de este estilo,
unos 300, están repartidos por todas las regiones del norte,
aunque la producción y las ventas se centran básicamente
en la ciudad de Kano. Conclusión A
pesar de los cuantiosos problemas que afectan a la escena literaria
nigeriana, podemos afirmar que está consolidada y reconocida.
La novela Things Fall Apart de Chinua Achebe ha sido traducida
a más de cincuenta idiomas en todo el mundo. Por su parte, Wole
Soyinka enorgulleció a África cuando consiguió
el Premio Nobel en 1986.
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