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¿A qué resistir?

O por qué hemos traducido el libro A propósito de resistir

Por Dídac P. Lagarriga, 2008
Publicado en Masala, julio-agosto 2008.



¿A qué gritar? Un puño en alto levanta menos sospechas cuando es negro, pobre, mujer, esclavo. Hace unos tres años escribí un libro que titulé Afroresistències, afroressonàncies. Aunque la portada fue otra, hubiéramos podido incluir la imagen de ese puño en alto con fondo blanco. Una imagen vale más que mil palabras, porque éstas son gratis. Con ellas damos la forma que queremos a la imagen, sea de arcilla, sea de photoshop. En este caso, las palabras de ese libro, en ocasiones, imaginaban o moldeaban puños en alto. La palabra "resistencia" suele coronar un halo romántico fácil de aplicar y ajustar; en definitiva, un concepto útil (por borroso) para manipular.

Varios meses después de publicar el libro, llegó a mis manos un volumen titulado Rethinking Resistance. El trabajo recopilaba diversos autores que replanteaban episodios de resistencia acontecidos en el continente africano desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Con análisis detallados, los capítulos desgranaban la complejidad de cualquier resistencia y, por consiguiente, desmontaban mitologías e imaginarios construidos a partir de allí. No se trataba de una obra negacionista, todo lo contrario: con frecuencia, las mismas personas que se reivindican herederas directas de un pasado de resistencia son las primeras obligadas a revisar (y negar) los principales protagonistas.

Uno de los ejemplos más evidentes, sin ir más lejos, lo encontramos en el nacionalismo (de todas las épocas y geografías). En muchas zonas de África, el nacionalismo que surge con los procesos de descolonización se apropia de anteriores combates para amoldarlos a su discurso. Obviamente, esta práctica no es exclusiva de esa época ni de ese contexto, y no hace falta ir demasiado lejos para comprobarlo. Así pues, otro de los aspectos interesantes de ese libro era que, a través de experiencias africanas, analizaba características comunes que se han repetido en todo el mundo. Las experiencias, luchas y contradicciones de los africanos, en este sentido, también son útiles más allá de sus fronteras. Esto es algo lógico pero, desgraciadamente, poco habitual: estamos acostumbrados a asociar África con excepcionalidad y diferencia.

En definitiva, el libro Rethinking Resistance removió y desconfiguró algunos preceptos y convicciones que tenía de ciertas "resistencias" africanas. Había dado por sentado lecturas demasiado fáciles de varias insurgencias y sus respectivos fracasos. Me enseñó que, casi siempre, no existe una razón homogénea y singular para que un proyecto edificativo y de justicia social fracase. Con esto no quiero parecer relativista, ni mucho menos. Conocer por qué alguien, en un momento dado, resistió, significa hacer el gran esfuerzo (quizá el mayor de todos) de mantenerlo como un referente vivo.

Si volviera a escribir Afroresistències, afroressonàncies ampliaría o matizaría algunos aspectos, algo que, sin invalidar el conjunto del libro, creo que lo enriquece. Pero cuando finalicé Rethinking Resistance pensé en algo mucho mejor que escribir: traducir. El proyecto no era nada fácil, se trataba de más de 500 páginas y con nuestros escasos medios sabía que no sería coser y cantar. A finales del 2006, en oozebap hicimos la propuesta al editor inglés para comprar los derechos de traducción y, una vez firmado el contrato, empecé. Este verano del 2008 ha visto la luz. Lo hemos titulado A propósito de resistir. Repensar la insurgencia en África. Me gustaría pensar que, al igual que me sucedió a mí, el libro remueva el imaginario, por muy amplio que éste sea, de lectores y lectoras. Que nos ayude a incorporar a África dentro del mapa de la cotidianidad, al margen de singularidades, tópicos y discursos ideológicos.

Cuando empezamos la colección de libros sobre África, la titulamos "Pescando husmeos". No es un nombre muy académico, pero lo que queríamos trasmitir era, precisamente, la imposibilidad de fijar, coherenciar, establecer. Intentamos que la colección reuniera fragmentos vivos que nos acerquen al continente africano. ¿Por qué África? ¿Por exótico? No, porque son nuestros vecinos. Quizá los más silenciados, ninguneados y maltratados. Sin África no habría mundo, ni el de antes, ni el de ahora. Y sin África no habrá mundo. Que estos husmeos que vamos pescando contribuyan, desde la humildad, a tejer otras conexiones que nos ayuden a salir del bucle neoliberal. Resistamos y prosigamos mirando, aprendiendo y repasando otras disidencias. Sin hilar banderas ni entonar himnos. Reconociendo lo humano.

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oozebap . 2008 . sumario