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Complicidad
o incompetencia: desinformación en los periódicos españoles
tras la muerte de Eyadéma, dictador de Togo.
Por Jozé Bape (2005)
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El sábado 5 de febrero del 2005 murió de un ataque al
corazón el togolés Gnasingbe Eyadéma, el dictador
más antiguo de África gracias al apoyo incondicional de
Francia durante los 38 años de tiranía. Un día
después del anuncio de su muerte, los periódicos españoles
publicaban la noticia. Muchos de ellos, como El País, El Mundo,
La Vanguardia, así como también periódicos regionales
y digitales, reproducían el comunicado de las agencias (1), sin
ofrecer más datos sobre Eyadéma. En esta supuesta noticia,
lo que más sorprende es la omisión completa de tres palabras:
OLYMPIO, DICTADURA, FRANCIA, claves para explicar la trayectoria del
dictador que hundió Togo en la miseria y la represión.
Todos estos periódicos, eso sí, complementaron la noticia
con lo sucedido después, donde los militares afines coronaron
al hijo de Eyadéma como jefe de estado, cerrando las fronteras
del país y provocando "inestabilidad e incertidumbre".
Pero el objetivo de esta nota no es informar sobre las últimas
noticias de Togo -un buen sitio para hacerlo: http://www.letogolais.com
(en francés) y olvídense del "periodismo" español-.
De lo que trataremos es de añadir todo lo que las agencias olvidaron,
es decir, lo necesario para entender un claro ejemplo de política
neocolonial.
Primera omisión: OLYMPIO
El padre de la independencia de Togo fue el carismático presidente
Sylvanus Olympio (en la foto), elegido democráticamente y sin
manipulaciones en 1958. El progresismo de Olympio, comparado muchas
veces con Nelson Mandela, se convirtió rápidamente en
la bestia negra del general De Gaulle y de su mano derecha Foccart -el
encargado de confiscar las independencias de las ex colonias francesas
en África mediante la colocación de dictaduras afines
a los intereses geopolíticos y económicos de Francia-.
Una de las primeras decisiones de Olympio fue la de no querer ejército
nacional, aduciendo que esa no era una prioridad para el país
y convirtiéndose, inevitablemente, en enemigo de Francia.
En esa época Eyadéma era miembro del ejército francés
colonial, donde durante diez años luchó por Francia en
las batallas coloniales de Argelia e Indochina. En 1963, Eyadéma
mató con sus propias manos al presidente Olympio -como él
mismo reconoció públicamente y corroboró Foccart
después en sus memorias-. Con este asesinato Francia recuperaba
a una de sus colonias -demasiada influenciada hasta entonces por la
Ghana de Nkrumah, ex colonia inglesa- y llegaba a acuerdos de "cooperación"
económica y militar todavía hoy vigentes. El mismo Eyadéma
asume el poder de Togo oficiosamente durante los primeros cuatro años
y oficialmente desde 1967, instituyendo el 13 de enero -día del
asesinato de Olympio- como fiesta nacional. Mitterrand honoró
esta fecha asistiendo a la conmemoración del veinte aniversario,
en 1983.
Segunda omisión: DICTADURA
En
el comunicado de las agencias que difundieron los periódicos
españoles no consta por ningún lado la palabra "dictadura"
o "dictador". Inevitablemente, si se llega al poder tras un
golpe de estado -aunque no especifiquen cómo ni por qué-
y 38 años después continúa en el poder, se sobrentiende
que se trata de un régimen dictatorial. Pero refiriéndose
a Eyadéma sólo como "presidente" es darle una
legitimidad que nunca tuvo. Teniendo en cuenta que en el artículo
abundarán los aspectos anecdóticos de su muerte (comunicados
oficiales o citas aleatorias de emisoras de radio) o de su vida ("antiguo
campeón de lucha libre al que le gustaba llevar trajes oscuros
deportivos y rara vez se quitaba las gafas de sol"), poco espacio
les sobrará para informar de una manera profesional, y más
cuando concluyen con esta frase escandalosa: "su mandato se ha
caracterizado por el patrocinio, la lealtad de sus grupos étnicos
y regionales y la fuerza militar". ¿Acaso se entiende algo?
Tercera omisión: FRANCIA
El caso de Eyadéma lleva citándose desde hace décadas
como uno de los ejemplos más claros de la "Françafrique"
-la relación criminal entre las tramas políticas, militares
y empresariales francesas y sus dictadores "amigos" africanos-.
La historia contemporánea de Togo, como la de toda el África
colonizada por Francia, no se entiende ni se explica sin esta relación
mafiosa e ilegal, por muy políticamente incorrecta que les parezca
a la agencias de prensa. Sólo alguien como Chirac se atrevería
a declarar, tras la muerte del dictador, que éste era "un
amigo personal" y también "un amigo de Francia",
evidenciando una vez más cómo son de fuertes y actuales
los lazos de la Françafrique. Durante los 38 años de dictadura,
Eyadéma ha recibido explícitamente el apoyo incondicional
tanto de la derecha representada primero por gaullitas y después
por neogaullistas, como de la izquierda de Mitterrand y sus afines.
En el comunicado de la asociación Survie (7-2-2005) (2), que
lucha desde hace dos décadas denunciando los crímenes
de la Françafrique, leemos: "los oficiales e instructores
franceses nunca han dejado de formar al ejército togolés.
La constitución togolesa nunca dejó de estar apoyada y
controlada por los juristas de la Françafrique, como Charles
Debbasch o Pierre Mazeaud. El dinero de los fosfatos de Togo nunca dejó
de llenar las cajas negras de la Françafrique. Los tráficos
de armas del régimen de Eyadéma, denunciados por la ONU,
nunca dejaron de ayudar a los aliados inconfesables de la Françafrique,
como Jonas Savimbi o Charles Taylor. Lo que pasa ahora en Lomé
[tras la muerte de Eyadéma y el golpe militar para nombrar a
su hijo presidente] está totalmente relacionado con el Élysée".
El
régimen que ha llevado a uno de cada diez togoleses al exilio,
caracterizado por la represión criminal a la oposición,
a los periodistas y a la sociedad civil en general, así como
por el enorme desvío de dinero de ayuda al desarrollo y del beneficio
del mineral de fosfato, han hecho de Togo uno de los países más
pobres del mundo. Con la muerte de Eyadéma, la poderosa trama
político-militar encabezada por su hijo hace preveer que la transición
no será ni fácil ni rápida. Pero como señala
la oposición togolesa -donde el hijo de Olympio, Gilchrist Olympio,
es el principal oponente- la oportunidad de acabar con una de las bazas
de la Françafrique supondría un revulsivo para muchos
de los países francófonos.
La muerte de Eyadéma, sus crímenes y sus consecuencias,
sus cómplices, sus responsables y sus víctimas directas
e indirectas están cerca. Mientras, y a juzgar por los periódicos
españoles, Togo, como cualquier otro de los países africanos,
está lejos. Demasiado lejos.
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NOTAS
(1). La edición de El País (6-2-2005) y El Mundo
(en su versión digital, 5-2-2005) la publicaron de manera idéntica
aunque más resumida por parte del Mundo; La Vanguardia
(en su versión digital, 7-2-2005) la resumió en cuatro
líneas para uno de sus breves.
(2). En
otoño del 2006, oozebap (dentro de su colección Pescando
husmeos) publica el libro:
El
bombero pirómano
La actuación criminal de Francia en el África contemporánea
Jozé Bape (ed.), François-Xavier Verschave, Odile Tobner
/ Mongo Beti, Jean-Marie Volet y André Ntonfo
.
Claves para entender la situación política, cultural y
económica del continente desde las independencias africanas hasta
nuestros días
. Introducción al neocolonialismo francés
. Otra versión de las catástrofes humanitarias
. Retratos de lucha, compromiso y esperanza
Más
información: http://www.oozebap.org/arroz
+
Breve
descripción de la Françafrique también en el artículo:
Costa
de marfil: ¿el Irak de Francia?
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oozebap . 2005 .
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